Campestre Alfonso Jaramillo

El ruiseñor y la rosa

Por: sara borda

opinión

El cuento nos narra desde un principio la historia de un pájaro ruiseñor totalmente enamorado del romance, un día el ave se topa con un estudiante dedicado a la filosofía que presume amar a una mujer, pero que su amor no es suficiente por no poder expresarlo como le pidió su enamorada. Tales quejas alimentaron una gran ilusión del ruiseñor, tenía que ayudar al amor, porque simplemente él apreciaba en gran medida ese sentimiento. Fue así como en la búsqueda de una rosa roja terminó por sacrificar su propia vida para lograr conseguirla. Finalmente, el estudiante encuentra la rosa y emocionado se la entrega a la mujer que le gustaba, no obstante ella lo rechaza por ello el hombre dicta que el amor no tiene sentido y no vale la pena actuar con base en él. 

En la cruda historia «El Ruiseñor y la Rosa» es casi inevitable ignorar la ironía de la muerte del ruiseñor que ni siquiera pudo cumplir el objetivo por el cual se sacrificó, parece que ese final es demasiado cruel como para llegar a ser tan cotidiano y normal como el estar enamorado, pero ser rechazado. Sin embargo, es algo que pasa en incontables ocasiones en nuestra realidad. Estamos acostumbrados a convivir en una sociedad muy incierta y que nos puede dar sorpresas tanto benévolas como malévolas o incluso con muchos más matices aparte de lo que independientemente creamos bueno o malo; cada relación que hemos tenido, las que mantenemos actualmente o incluso las que van a llegar a través del tiempo son importantes y pueden moldear nuestra forma de ver el mundo sin que lo esperemos. Aunque no se puede negar el impacto que nuestra vida social tiene en nuestras vidas, tampoco el hecho de que hay aspectos del mundo que no se van a ver influenciados por nada. Tanto como existen «estudiantes», también están los «ruiseñores», aquellas cosas o situaciones que creemos pequeñas por lo raras que son; los ruiseñores son bellos por su honestidad y naturalidad a la hora de mostrarse ante nosotros, pueden ser desde un tierno perrito queriendo jugar porque es divertido o un gato que nos cause gracia haciendo las poses más extravagantes que pueden; únicamente porque para ellos es cómodo, hasta hallar un grupo de flores en un lugar plagado de todo menos de ellas, pensar que cuando llueve y las gotas que caen en la ventana compiten por cuál será la que alcance a deslizarse más; hay pasión en múltiples rincones de la existencia. 

No podemos entender la voz del ruiseñor tal y como sucede en el cuento con el estudiante, pero eso no significa que no podamos admirar desde distintas perspectivas el amor por la vida que nos rodea, así a veces nos cegamos por situaciones en las que no somos valorados, seguimos teniendo la posibilidad de apreciar el canto del ruiseñor con todo su encanto, solo si empezamos a admitir que la autenticidad está más allá de nuestras creencias o experiencias. Nosotros podemos recibir una hermosa rosa roja que a pesar de que sea solo una rosa roja cuyo color solo se exhibirá por un breve instante no deja de ser apasionante y precioso. El amor del diminuto ruiseñor va a estar con nosotros sin importar qué. Está en nuestra decisión el tirar su rosa hecha con base a sus cantos o escuchar sus incondicionales canciones hechas solo al ser él mismo.

Los cuatro grandes del fútbol

Campestre Alfonso Jaramillo Los cuatro grandes del fútbol Por: thomás…

La otra cara de Asterión

Campestre Alfonso Jaramillo La otra cara de Asterión Por: Mariana…

Lo oculto del amor

Campestre Alfonso Jaramillo Lo oculto del amor Por: Nicolás Ramírez…

Contacto

Información

Historia

Testimonios

Portafolio

La Mirla